Estoy especializado en resolver disfunciones osteopáticas que te pueden llevar a padecer  dolor lumbar , ciática  , dolor de espalda en general, problemas articulares y musculares y su relación con el sistema digestivo, sistema inmunológico y sistema endocrino.

Igualmente ayudo a los  deportistas a conseguir un alto rendimiento  utilizando un método vanguardista en el que se combina el coaching deportivo, la kinesiología aplicada basada en la neurología funcional, la nutrición y la osteopatía deportiva.

Sobre la osteopatía

La osteopatía está referenciada como «profesión sanitaria de primera intención por la Organización Mundial de la Salud (OMS)», es decir, la osteopatía es considerada como una profesión sanitaria independiente de otras y de primera intención , reconocida como tal por varios países de la Unión Europea, y los requisitos académicos, profesionales y éticos están descritos en la Norma Europea UNE-EN 16686:2015 sobre “Prestación de asistencia sanitaria en osteopatía” .

La osteopatía fue desarrollada por el Dr. Andrew Taylor Still, médico y cirujano de los Estados Unidos de América a mediados de la década de 1800. En 1892 cuando se establece la primera escuela independiente de osteopatía.

La osteopatía también llamada medicina osteopática utiliza una amplia variedad de manuales técnicos para mejorar la función fisiológica y dar apoyo a la capacidad de autorregulación del cuerpo. La osteopatía normaliza disfunciones relacionadas con el sistema músculo esquelético (musculares, articulares, miofasciales y neurales).

Los osteópatas realizan su trabajo bajo la premisa de que un ser humano es una unidad dinámica funcional, donde todas las partes están interrelacionadas y poseen sus propios mecanismos de autorregulación y autocuración. El creador de la osteopatía fue el primero en poner en evidencia la relación que existe entre el sistema nervioso autónomo, el sistema músculo esquelético y el resto de sistemas orgánicos.

Quizá lo más importante para entender cuál es el objetivo principal de la osteopatía, es entender la importancia que tiene el movimiento en cualquier tejido o estructura del cuerpo, desde la célula, hasta el movimiento sutil de los huesos craneales. Todo es movimiento en la vida, sin movimiento el tejido acaba por necrosarse, la circulación sanguínea se ralentiza y los nutrientes que aporta llegan con mayor dificultad a los tejidos. Todos los tejidos y fluidos manifiestan una dinámica. Si la movilidad de los tejidos y los fluidos está reducida, la salud no puede expresarse en todo su potencial, la enfermedad o la disfunción comienza a abrirse camino.

El objetivo principal de la osteopatía es restaurar el movimiento allí donde se ha producido una restricción funcional de este, en cualquier parte del cuerpo, por ejemplo, una disminución en la amplitud de movimiento de una articulación, una restricción en la motilidad de un órgano, o la producida por la contracción en el tejido muscular.

Por lo tanto lo que busca la osteopatía es restaurar el equilibrio para que desde ahí, el propio organismo recupere su funcionalidad y recupere la salud. No solo se trata de normalizar una disfunción que puede desencadenar en un problema mayor, como una patología, sino de actuar para prevenir la propia disfunción, favoreciendo de esta manera una buena calidad de vida.

Existen tres áreas de actuación, por una parte la  osteopatía estructural  es la que evalúa y normaliza el sistema músculo esquelético, de forma conjunta la  osteopatía visceral  evalúa y normaliza la motilidad de los principales órganos del sistema digestivo, sistema respiratorio y circulatorio y de forma indirecta el resto de sistemas organicos. Por otro lado, la  osteopatía craneal  aborda las disfunciones que se producen en el sistema craneo sacro. 

A lo largo de su historia han ido surgiendo más especialidades como pueden ser la osteopatía pediátrica, la osteopatía bioenergética, por citar las más conocidas, siempre valorando la función de forma global y nunca de forma aislada por sistemas o patologías. 

Sobre la kinesiología aplicada

Lo que conseguimos con técnicas kinesiológicas es una mayor adaptación al esfuerzo, un ahorro de energía, optmización del sistema nervioso frente al estrés, una modulación del sistema inmunológico y endocrino y un mejor equilibrio metabólico.

A través de la AK y mediante el test manual muscular, monitorizamos la respuesta del sistema neuromuscular ante un estímulo. La experiencia nos dice que la respuesta del músculo obedece a la capacidad del sistema nervioso de adaptarse al estímulo provocado, o por el contrario, su inadaptación, desencadenando un estrés que debilita momentáneamente el músculo. De esta manera podemos saber qué parte del cuerpo se encuentra en disfunción y tomar medidas para resolverlo.